martes, 26 de febrero de 2013

De "Prospecto de la Liga de Educación Política Española" (1914)

"A los jóvenes, sobre todo, quisiéramos incitar. Las nuevas generaciones han aprendido en la justa desconfianza, en el hábito insustituible de la crítica más acerba, pretextos para la inacción. Han abandonado la política. ¿Es esto beneficioso? Creemos que no, ni para la nación ni para ellos, que no conseguirán dar a su vida individual la máxima intensidad. Nos plazca o nos disguste, no existe en nuestro país otro órgano de socialización fuera de la política. En Francia tienen los valores literarios una eficacia social tan grande como los políticos. Cosa análoga ocurre en Alemania con la ciencia y la industria, en Inglaterra con el comercio y la técnica. En España, por el contrario, son los políticos los únicos valores dotados de plena energía social".

martes, 19 de febrero de 2013

De "Prospecto de la Liga de Educación Política Española" (1914)

"La intervención vigorosa y consciente en la política nacional es un deber de todos, no un derecho que quede adscrito a los ciudadanos que no sirven para otra cosa, que no colaboran en otras formas al aumento moral y material de España, a los llamados políticos".

martes, 12 de febrero de 2013

De "La destitución de Unamuno" (El País, 17 de septiembre de 1914).

"Hay almacenado demasiado asco hacia la España oficial, hacia la vieja política, hacia el imperialismo de los diputados y de los abogados para que no explote en una ocasión cualquiera.

No, no es un juego de querellas personales. Personalmente no me unen al señor Unamuno más que poémicas agrias, y a veces, violentas. Se trata de que España tiene muy pocos hombres adecuados en el lugar adecuado. Y no habrá ningún patriota dispuesto a que por un necio capricho, ignoro de quien, le falte uno más".

martes, 5 de febrero de 2013

De "Vieja y nueva política" (Conferencia dada en el Teatro de la Comedia el 23 de marzo de 1914)

"Los radicales, así, en general, son unas gentes que van gritando por esas reuniones de Dios, y nuestra política es todo lo contrario que el grito, todo lo contrario que el simplismo. Si las cosas son complejas, nuestra conducta tendrá que ser compleja. No hay nada más absurdo que, por ejemplo, pedir que en el espectro de los colores se nos indique dónde exactamente acaba el anaranjado y dónde empieza el amarillo, porque es esencial a los colores puros el fundirse unos con otros en transición suavísima, el no acabar aquí o allí. Lo complejo tiene que ser reflejado, en los programas políticos, complejamente; y una de las cosas más graves que ocurren en España es que sólo se dirigen a la multitud esos simplimos radicales o reaccionarios, esos grandes gritos, que convierten la política en un sicofantismo, en obra de denostación y de insulto".