"Las épocas de revuelta política han sido siempre aprovechadas para venganzas personales. Así ha acontecido ahora. Si pudiésemos mirar al trasluz, como se ve en un microscopio, la secreta textura de esos dos grandes bandos en que la guerra [mundial] ha escindido a España, probablemente sentiríamos una gran vergüenza. Pues las heroicas actitudes de estos o los otros partidarios se nos aparecerían muchas veces como germinadas en menudas pasiones inconfesables, en odios perversos, patológicos, en rencores privados. Sería sumamente curiosa una colección de detalladas anatomías que pusieran al descubierto los verdaderos motivos íntimos que han ido colocando a los individuos en uno u otro bando. Pero yo me abstengo de ello, porque a la postre sólo serviría para aumentar la enfermedad mayor que padece España desde hace muchos años: la discordia, la terrible secesión de los corazones, el odio omnímodo, el rencor".
José Ortega y Gasset murió el martes 18 de octubre de 1955 y, a pesar del tiempo transcurrido, sus reflexiones siguen teniendo una actualidad que por momentos llega a asustar..., por lo poco que hemos aprendido. Este es mi homenaje de los martes a su figura.
martes, 27 de agosto de 2013
martes, 20 de agosto de 2013
De "Una manera de pensar, I" (España, 7 de octubre de 1915)
"Varios millones de españoles dedican varias horas de cada día a vociferar en las tertulias, en las calles, en los periódicos, sobre asuntos de los que nada saben. Sopesan las culturas, calibran las civilizaciones, compensando la falta de conocimientos con la sobra de laringe".
martes, 13 de agosto de 2013
De "Cuadros de viaje" (España, 9 de septiembre de 1915)
"A los buenos españoles les es el mundo un pretexto para querellarese los unos con los otros".
martes, 6 de agosto de 2013
De "Ideas políticas II" (España, 2 de julio de 1915)
"Muy rara vez, decía yo, es la opinión pública lo que ella dice. Sólo en raros, fugitivos instantes de plenitud social, coincide lo que se dice con lo que se siente. Y no me refiero ahora a las falsificaciones premeditadas de la opinión que este político o aquel periódico intenten cometer. No; ella misma es insincera, reservada, jeroglífica. Dice siempre otra cosa, si no contraria, por lo menos distinta de la que siente.
Prueba de la insinceridad radical de la opinión pública es que no se ha dado el caso jamás de que en ella se eche la culpa al público en sí mismo. Siempre es otro el causante del mal".
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