martes, 25 de septiembre de 2012

De "Una visita a Zuloaga" (La Prensa, 4 de febrero de 1912)

En 1912 Ortega y Maeztu se acercarán al Partido Republicano Reformista, fundado ese año. Ambos estaban de acuerdo en la necesidad de educar en España a una minoría de intelectuales. El 12 de mayo pronuncia su conferencia “La `Idea´ de Platón” en el Ateneo de Madrid. En diciembre impartirá allí el curso “Tendencias actuales de la filosofía”, del cual estaban previstas cuatro lecciones, pero añadió una quinta.

"Hace muchos años que los pintores no pintan cuadros. Andan entretenidos en resolver problemas técnicos que son, sin duda, de enorme importancia, para aumentar las facultades del arte. Mas esto trae consigo la renuncia a la cuarta dimensión, que necesita toda obra de arte para serlo plenamente. Y esa cuarta dimensión es la sensibilidad para los temas esencialmente humanos".

martes, 18 de septiembre de 2012

De "Psicoanálisis, ciencia problemática" (La lectura, octubre de 1911)

"El amor a la verdad, suprema energía del ánimo, no debe llegar a convertirse en odio al error, pues de él vive la verdad; gracias a que él existe se sabe que es verdad. Si el error se suprimiera mágicamente la verdad dejaría de ser verdad y se convertiría en dogma. Del mismo modo, la virtud, recluida en cenobios suntuosos, se alimenta de los vicios colindantes".

martes, 11 de septiembre de 2012

De "Una respuesta a una pregunta, II" (El Imparcial, 21 de septiembre de 1911)

"Una profunda modestia, un hondo sentido de humildad histórica salvará a España, o España no se salvará. Por lo pronto hay que aprender, y luego enseñar lo aprendido, y entonces aspirar a nuevas creaciones. No hay desdoro en traducir un libro de matemáticas o de física o de filosofía. Menos decente es darse un aire de decir genialidades propias que son, en realidad, traducciones de lo menos valioso y serio que anda por Europa".

martes, 4 de septiembre de 2012

De "Una respuesta a una pregunta, II" (El Imparcial, 21 de septiembre de 1911)

"España no ha sido realmente nunca un poder espiritual, no ha sido nunca una energía superior dentro del anfictionado europeo y, por lo tanto, no puede hablarse de que haya decaído, o a lo menos se hablará sólo de una decadencia política y corporal. Lo que ha desorientado a los hombres que han pensado sobre nuestra historia es que somos probablemente el pueblo cuyos destinos exteriores y mecánicos han seguido marcha más divergente de sus destinos íntimos, de su evolución cultural. Se da, por ejemplo, el caso de que nuestra hegemonía política coincidiera con el Renacimiento, y más acá de él, con la época en que Europa echa los cimientos de su vida moderna; y sin embargo, somos el único pueblo que no colaboró en el Renacimiento ni en la subsecuente instauración del racionalismo occidental."