martes, 24 de abril de 2012

De "Tropos" (El Imparcial, 20 de marzo de 1909)

 En 1909, Ortega solicita su título de doctor y encarga al establecimiento tipográfico de “El Liberal” una tirada muy corta de su tesis, que titula “Los terrores del año mil. Crítica de una leyenda".

Fue nombrado profesor de la Escuela Superior del Magisterio  de Madrid en las cátedras de Psicología, Lógica y Ética por Real Orden de 24 de julio de 1909 a propuesta de la Junta Central de Primera Enseñanza, la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, el Consejo de Instrucción Pública y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central. Tomó posesión el 1 de septiembre, siendo el comienzo de su labor pedagógica.

Son años de fervor socilalista: el 11 de octubre pronuncia una conferencia en el Ateneo de Madrid titulada “Los problemas nacionales y la juventud”. La segunda parte del texto preparado para la misma se publicó el 6 de febrero de 1910 en el nº 6 de la revista “Vida Socialista” con el título de “Las revoluciones”. El 2 de diciembre participó en un ciclo de conferencias titulado “Religión, anticlericalismo, socialismo” organizado por el Partido Socialista en la Casa del Pueblo de Madrid. A pesar de ello...

"Los partidos de progreso agitan ahora unos harapos intelectuales sobre la inmensa podredumbre de las entrañas españolas y basta leer sus programas para comprender que no sienten mayor afectuosidad por la ciencia que los conservadores. Y en realidad no se trata de una cuestión que pueda ya dividir las aspiraciones políticas. La cultura superior, los fortes études que dicen nuestros vecinos, forma las bases de la conciencia nacional; sin ella no existe energía social, y el pueblo, privado de los nervios medulares, queda reducido a una masa reptante que vive la oscura existencia de lo infrahumano."

martes, 17 de abril de 2012

De "Glosas a un discurso" (El Imparcial, 11 de septiembre de 1908)

"Es muy hacedero y muy divertido cuando no se tiene una noción rígida de la responsabilidad intelectual decir lo primero que hallamos flotando sobre la superficie del alma, resto carcomido de nuestros íntimos naufragios espirituales. Hay gentes de tan paupérrimo carácter, que sólo a fuerza de negaciones logran delinear su fisonomía y que necesitarían para descollar meter bajo tierra el resto de sus conciudadanos; Luzbeles de toda honra, a los cuales podría describirse del modo que Milton, al primitivo, alzándose sobre el infierno como una torre en el desierto. Las costumbres actuales -ha dicho Sabatier no hace mucho- nos habitúan a ver agruparse nuestros contemporáneos, más bien conforme a sus odios, que conforme a sus aspiraciones. Esta necesidad de ser un Contra-alguien o un Contra-algo es acaso el rasgo más miserable de las tendencias contemporáneas".

martes, 10 de abril de 2012

De "La cuestión moral" (El Imparcial, 27 de agosto de 1908)

"Para elevarnos a nación tenemos que unirnos en un ideal moderno. Las tenaces y difíciles labores cuyo ejercicio se supone en este concepto de nación moderna, requieren una polarización tan perfecta del alma popular, un automatismo tan exacto en sus movimientos, que no cabe pensar en ellas mientras no se haga del ideal de cultura una religión nacional. No sólo han de opinar así los que gocen de susceptibilidad nerviosa bastante para sentir el ansia de cultura como un deber humano, como un asunto de dignidad histórica, sino también los que se contentan con el bienestar económico. La riqueza es un producto de la cultura, repitamos una vez y otra".

martes, 3 de abril de 2012

De "La cuestíon moral" (El Imparcial, 27 de agosto de 1908)

"En un poema indio se habla de un solitario a quien los dioses arrojaron del cielo de Indra y por la fuerza de su pensamiento y el vigor de su concentración espiritual llegó a crearse un mundo nuevo y un nuevo cielo. No creo que al pueblo español le quede asimismo otro remedio.

Resumiendo: no nos han faltado los elementos físicos para ser felices, sino los elementos espirituales. Nuestra reforma no ha de ser económica sino que primero necesitamos la reforma intelectual y moral".