martes, 28 de febrero de 2012

De "Asamblea para el Progreso de las Ciencias" (El Imparcial, 10 de agosto de 1908)

"En general, sería difícil descubrir un grupo considerable de españoles capaces de reaccionar ante lo que no sea un calembour o una carga de caballería, últimos reductos de la literatura periodística y de la política de tertulia. El nivel intelectual va bajando tanto y tan deprisa en estos confines de la decadencia, que dentro de poco no habrá academias ni teatros, sino que sentados los españoles en torno a enormes mesas de café nos contaremos cuentos verdes. Y con este gesto de simiesca apocalipsis desaparecerá una sublime posibilidad de riquezas humanas aún no sidas, de virtudes futuras no intentadas, de emociones profundas hoy ignotas, todo eso que queremos designar cuando hablamos religiosamente conmovidos de cultura española por venir".

martes, 21 de febrero de 2012

De "Asamblea para el Progreso de las Ciencias" (El Imparcial, 10 de agosto de 1908)

"Esto somos. Raza que ha perdido la conciencia de su continuidad histórica, raza sonámbula y espúrea, que anda delante de sí sin saber de dónde viene ni a dónde va, raza fantasma, raza triste, raza melancólica y enajenada, raza doliente como aquella Clemencia Isaura que -según dicen- vivía viuda de su alma.
Lo único cierto que hay en todo esto es que nosotros tenemos la culpa de que no sea de otra manera. Es preciso que nos mejoremos nosotros sin cuidarnos de mejorar antes al pueblo. Es preciso que nosotros, los responsables seamos la virtud de nuestro pueblo y que éste pueda decirnos, como Shelley de una persona que amaba:  «Tú eres mi mejor yo»".

martes, 14 de febrero de 2012

De "La moral visigótica" (Faro, 10 de mayo de 1908)

"El Renacimiento, más bien que la renovación del arte clásico, es la resurrección de la ciencia. La ciencia, había dicho Platón, es una cosa intermedia entre el saber todo y el no saber nada. El animal, la materia, no saben nada; por eso no tienen ciencia. Dios lo sabe todo: tampoco la necesita. La ciencia es la producción continua, progresiva, de sabiduría. Si, pues, existe ciencia, habrá algún ser que la lleve dentro de sí, que la ejercite, y este ser, no pudiendo llamarse Dios ni materia, se llamará hombre. Véasse cómo el hecho de renovarse la ciencia rompió el dilema cruel de la Edad Media: ahora, entre la materia y Dios hay la humanidad, en la cual se funden los extremos blandamente. En el hombre, la materia se justifica, se diviniza."

martes, 7 de febrero de 2012

De "Sobre el proceso Rull" (Faro, 12 de abril de 1908)

"Hay una manera tosca y sin agudeza de sopesar el valor histórico de las naciones, que suele nacer en las testas demasiado circunscritas a los problemas económicos. Según esta opinión, la robustez de un país depende única o principalmente de su potencia industrial, agrícola o comerciante. Esto me parece una grosería y, además, falso. El capital de un pueblo no es el numismático ni, en general, el económico; es el capital político, la energía productora de ideas civiles".